sábado, 5 de marzo de 2011

y es marzo, es cinco y es 2011

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Padre, yo sé que estás ahí, vigilando bajo la sombra de tu limonero, y buscando rimar en consonante la distancia y el tiempo que se escapa. Veo tu sonrisa, cubriéndote la cara, para asomarse el niño grande que siempre llevaste dentro, y te escucho, todas las noches te escucho, pero me gustaría, sabes, poder abrazarte, porque, muchos días siento que me falta tu abrazo, entre tanta patada que me ha dado la vida...
Sé que no debemos estar tristes, la vida son cuatro ratos, así nos lo hiciste ver... y debo darte la razón.
Y estas padre, son las cosas quería contarte, y además, sin que me lo pidas, te voy a regalar una poesía, porque seguro que un día de estos pasa una enfermera por tus nubes, y te luces regalándosela acostada sobre tu voz... tuya es...

Mis ojos hoy,
por tus palabras vuelan,
entre un cielo que acuna mi planeo,
como el cobaltado iris donde leo,
dulces vocablos que a mi alma consuelan.


Esclavo soy,
de estrofas que modelan,
tierno amor que en tu piel garabateo,
previo escenario de un abrazo reo
de dóciles caricias que excarcelan…
...

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